La Prelatura de Cafayate puso en cultivo una parte de terrenos propiedad de la Iglesia (40 hectáreas), rescatándolos de su ser desértico e implantando viñedos (Finca Santa María de la Vid). De esto hace 25 años.
Hizo luego un establecimiento bodeguero con capacidad para 3.000.000 de litros, que abrió a los pequeños productores de la zona, comprándoles su uva, difícil de comercializar por lo reducido de su monto individualmente tomado, pero que arroja un total de unos 2.000.000 de Kg. por año.

Comercializa el vino en envase de vidrio (botellas de 750 cc y damajuanas de 4,650 litros) y bag in box (de 4 litros), blanco y tinto, en mayor cantidad el blanco, variedad torrontés seco de fragancia y sabor frutados. En la actualidad produce también vino para la celebración de la Santa Misa.

Vista panorámica del Viñedo

El vino es autóctono, denominación Valles Calchaquíes. Es elaborado por Viñedos y Bodegas «Santa María de la Vid», de la Prelatura de Cafayate, bajo la dirección de los PP. Agustinos.

Este raro vino se produce y es hijo de un MICROCLIMA privilegiado: los Valles Calchaquíes. La planta de vid, su madre, es la torrontés riojano, que crece y da fruto a una altitud de 2.000 m sobre el nivel del mar.

Una espléndida luminosidad la acaricia no menos de 300 días al año. Respira una atmósfera limpia e incontaminada, donde la humedad ambiente es particularmente baja y el régimen de lluvias apenas alcanza los 120 mm anuales. El día y la noche marcan la diferencia térmica propia de la altitud de estos suelos, que son limoso-arenosos de muy alta permeabilidad. Una persistente brisa vespertina acaricia el fruto preciado de la cepa.

Vista panorámica de la bodega
 
Y como sello de calidad y genuina autenticidad, la cuidadosa elaboración que realizan los PP. Agustinos de la Prelatura de Cafayate. Desde hace más de 20 años el Viñedo y la Bodega son dirigidos por el P. Gerardo Ureta Prida, OSA. En la actualidad da trabajo permanente a doce personas, que son el sustento de otras tantas familias.