ALEGRÉMONOS todos en el Señor. Celebremos la fiesta de santa Magdalena, que derramó su sangre por el nombre de Cristo, no temió las amenazas de los jueces, y así alcanzó el reino de los cielos. Santa Magdalena nació en Nagasaki (Japón) en 1611. Guiada espiritualmente por los agustinos recoletos Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio, ingresó en su Orden como terciaria. Una vez martirizados estos dos religiosos, el 3 de septiembre de 1632, Magdalena se dedica a animar a los cristianos que estaban ocultos por los montes. En 1634 se entregó a los jueces proclamándose cristiana y portando un pequeño fardo de libros religiosos para leer en la cárcel. Su martirio causó gran impresión en la ciudad de Nagasaki. Fue canonizada por Juan Pablo II el 18 de octubre de 1987. Que también nuestra vida, como la de santa Magdalena de Nagasaki,sea anuncio y testimonio de vida cristiana

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