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PASTORAL

Pastoral General Vicarial

LEMA PASTORAL 2024: “Por una comunidad que escucha y acompaña”.

Inspirados en el Informe-síntesis de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y deseando trabajar sus reflexiones en nuestras comunidades del Vicariato, proponemos como lema pastoral para este año: «POR UNA COMUNIDAD QUE ESCUCHA Y ACOMPAÑA».

La actitud de «Escucha» pedida por el Sínodo  a la Iglesia, por lo tanto, a nosotros agustinos, nos anima a:

  • DAR escucha: escuchar a los demás.

Cuidemos los espacios de escucha existentes o creamos nuevas instancias donde todos los miembros de la comunidad puedan expresarse y ser escuchados.

  • RECIBIR escucha: expresar nuestras ideas

Fortalezcamos los vínculos y dinámicas de confianza  para que podamos expresar nuestras opiniones, ya sean coincidentes o distintas, sin el temor de ser rechazados o juzgados.

Tomamos del proceso sinodal dos intuiciones, y a través de ellas, planteamos preguntas para la reflexión comunitaria:

    1. La Iglesia, al facilitar «tomar la palabra», reconoce que todos podemos contribuir y que todos somos co-responsables para caminar juntos.
      1. ¿Cuáles son los espacios o instrumentos para «tomar la palabra» en nuestras comunidades? ¿Necesitan fortalecerse o revisarse?
      2. ¿Todos tienen la oportunidad de aportar o solo algunos?
      3. ¿Qué espacios o metodologías podemos proponer para generar ambientes inclusivos donde todos se sientan escuchados?
  • La Iglesia desea escuchar a todos y reconoce que hay personas o grupos que no se sienten escuchados ni acompañados.
  • ¿Qué cambios deberíamos implementar para que aquellos que se sienten excluidos experimenten en nuestras comunidades una actitud más acogedora?
  • ¿Qué personas o grupos en nuestras comunidades solicitan ser escuchados y/o acompañados?
  • ¿Cómo podemos llevar a cabo acciones concretas para fomentar prácticas, ejercicios o experiencias de escucha?

Una Iglesia sinodal no puede renunciar a ser una Iglesia que escucha. Por lo tanto, nosotros que somos agustinos y estamos al servicio de la Iglesia, estamos convocados, desde nuestro lugar o rol, a traducir este compromiso en acciones concretas de escucha.

Como expresó el entonces Cardenal Bergoglio durante la peregrinación juvenil a Luján en 2007: «Escuchar a otros implica detenernos en su vida y en su corazón, no pasar de lado como si no nos interesara lo que el otro quiere decir. ¿Tenemos miedo de escuchar? ¿Qué nos impide hacerlo? Es el deseo de imponer nuestras creencias y deseos, de dominar al otro o prescindir de él, o simplemente, estar tan centrados en nosotros mismos que no nos interese el otro». Reconocemos que muchos de nosotros experimentamos momentos en los que necesitamos ser escuchados y no encontramos a nadie. Otros se acercan pidiendo que les prestemos «la oreja», y a veces estamos tan ocupados en mil cosas que no nos damos cuenta. Sin embargo, sabemos que muchos de nuestros problemas comunitarios o familiares podrían evitarse, si aprendiéramos a escucharnos.

Frente a este compromiso que asumimos, de escucharnos y acompañarnos, le pedimos a la Virgen, a nuestra Madre:

¡ENSÉÑANOS A ESCUCHARNOS!

Madre del Buen Consejo,

 junto a la cruz de Jesús,

escuchaste las palabras:

 «Ahí tienes a tu hijo».

Y, desde ese momento, 

nos cuidas con amor maternal:

prestando tu oído a nuestras oraciones

y aconsejándonos e intercediendo 

para nuestro bien.

Te pedimos, 

Madre de Jesús y madre nuestra,

que nos enseñes a escucharnos 

y acompañarnos los unos a los otros

como vos nos escuchas y acompañas.

Intercede por esta comunidad agustiniana,

para que tu Hijo nos conceda el don de la escucha.

Y, así,  escuchándonos,

construyamos una Iglesia que acompañe a todos,

privilegiando a nuestros ancianos y jóvenes.

Bajo tu maternal cuidado nos refugiamos,

Santa Madre de Dios.

Amén.

CONSEJO del VICARIATO  “San Alonso de Orozco”  de Argentina