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«En todo, caridad»
Boletín Nro. 8º. Febrero 2024
Estimado amigo:
El año nuevo, 2024, que se lo deseo muy feliz, nos ha traído muy temprano el Tiempo de Cuaresma, con el Mensaje del Papa Francisco, cuyo lema es: A través del desierto Dios nos guía a la libertad. Una Cuaresma que nos ha sorprendido con la cifra alarmante de la pobreza en Argentina, un 57,4%, la cifra más alta en los últimos veinte años; unos días antes, me conmovía la imagen de un menor de doce años, hincado de rodillas, frente a una decena de motochorros, con la mala intención de golpear o matar, a su padre para robarle el auto.
Estos tristes acontecimientos me llevaron a recordar una Carta Pastoral de Mons. Diego, en la cual denunciaba ciertas falencias de la sociedad vallista de los años setenta, que podemos seguir detectando en nuestros días.
Nos exhortaba en aquella ocasión: “En el umbral de la Cuaresma, quero dirigirme a todos ustedes, invitándolos a meditar sobre algunos puntos de particular interés, en particular los de mayor trascendencia social y por los que afectan a la moral pública, necesitan un remedio más urgente”.
En aquella ocasión se refería al “desenfreno de nuestra juventud”, atacada por el “vicio del alcoholismo”. Hoy tendríamos que añadir además el triste flagelo de la drogadicción y la perdida de muchos valores humanos y morales, que inducen a los jóvenes a cometer acciones criminales en forma reiterada.
En esta nuevo Tiempo de Cuaresma les invito a recordar las palabras alentadoras y los consejos que nos ofrecía nuestro querido Padre y Obispo Mons. Diego Gutiérrez.
Unidos en la Oración, Ayuno y Limosna les saluda
P. Pablo Hernando Moreno
En esta segunda sección les ofrezco algunas de las reflexiones de Mons. Diego, extraídas de la Carta Pastoral de Cuaresma del añ0 1975:
“Queridos fieles:
El odio destruye todo; en cambio ‘todo lo vence el amor’. Es humano y cristiano emprender el camino del reencuentro, dar el paso de la reconciliación. Si sois cristianos, sabed que no podemos comulgar con Cristo si no estamos en comunión con todos y cada uno de los hermanos.
Frente a los hechos que lamentamos, cada cristiano tiene la tarea apremiante de lanzarse con todos los medios a su alcance a crear una opinión pública con más alto sentido de la moralidad.
A ustedes, padres de familia, les corresponde en primer lugar:
“Es deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación íntrega personal y social de los hijos” (Declaración “Gravissimun educationis”, nº 3).
Sí sois cristianos, educad cristianamente a vuestros hijos. Es vuestra “primera e intransferible obligación” (Idem, nº 6). Nadie puede ocupar plenamente vuestro lugar. La palabra y el ejemplo de los padres tienen más importancia para los hijos que las palabras del sacerdote más santo. Vuestros hijos serán los que seáis vosotros. Sois responsables ante Dios, ante la Iglesia y ante la sociedad de la conducta de vuestros hijos.
Vosotros, educadores, que tenéis la noble misión de ayudar a los padres en la formación de sus hijos, vivid a la altura de vuestra vocación. Que vuestros alumnos puedan amaros y admiraros. Reprimid la ociosidad y estimulad en trabajo. Despertad en ellos el sentido de la verdadera convivencia ciudadana. Y porqué sé me dirijo a maestros y educadores cristianos, os pido que seáis apóstoles formando moral y religiosamente. Oíd estas palabras del Concilio:
“Unidos entre sí y con los alumnos por la caridad e imbuidos de espíritu apostólico, den testimonio, tanto con su vida como con su doctrina, del único Maestro, Cristo” (Idem. Nº 8).
Finalmente, me dirijo a vosotros, los que tenéis la autoridad, que se os ha dado para servir procurando el bien común. Vuestra responsabilidad es grande y el orden social justo y la paz que debéis defender, depende de la conducta moral de cada uno de los ciudadanos. Por eso debéis arbitrar todos los medios para la defensa de la moral pública.
No es autoritarismo, sino uso debido de la autoridad, vigilar la moral de los espectáculos, de los centros de diversión donde, por ley, se prohíbe la entrada a los menores, de los lugares donde se juega y se bebe hasta altas horas de la noche, etc. No tener vigilancia es un pecado de omisión.
A vuestro lado, padres de familia, educadores y autoridades, estamos los sacerdotes empeñados en ser vuestros colaboradores incondicionales para lograr la salud moral de nuestro pueblo.
Pido a Dios Todopoderoso por medio de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la Prelatura, que mis palabras no caigan en el vacío y emprendamos todos juntos el camino de una penitencia saludable durante la Santa Cuaresma, tiempo de verdaderos Ejercicios Espirituales para la Iglesia.
Os bendice de corazón, vuestro Prelado.
Fr. Diego Gutiérrez Pedraza
13 de Febrero de 1975.
Los años van pasando, no obstante, las enseñanzas de Mons. Diego pueden ayudarnos a vivir nuestra Santa Cuaresma, guiados de sus reflexiones, que nos mostrando la espiritualidad que guardaba celosamente en su corazón y la manifestaba con sus palabras.
FAVORES Y TESTIMONIOS
Todos los días somos muchos los que invocamos la intercesión de Mons. Diego pidiendo nos ayude y acompañe en los momentos favorables y en las dificultades inesperadas de nuestra vida cotidiana, con la seguridad que desde el Cielo continúa protegiendo a los que le invocan.
Vamos a destinar este espacio para recordar los favores y testimonios que me van llegando:
Informe de la Sra. Cecilia Verónica Gutiérrez
Sra. Cecilia Verónica Gutiérrez, D.N.I. 27.904.712.
Teléfonos: de Buenos Aires: 011 – 1536198115
Cafayate: 03868 -15467368.
El 06 de Agosto del 2.011 tuvo un hijo, llamado Facundo Ariel Coria, en el Hospital Durand de Buenos Aires.
Después de 8 meses de su nacimiento tuvo que ser hospitalizado, en el Hospital Garrafán o en el Hospital de Niños de la Calle Gutiérrez, por problemas de respiración. No podía respirar por sí mismo y necesitaba oxígeno para respirar.
Estuvo internado cerca de un mes en agosto.
Le regalaron la estampa del Siervo de Dios de Mons. Diego Gutiérrez Pedraza y la rezaba todos los días. Después de un mes, sin intervención clínica, comienza a respirar con total normalidad.
Hoy Facundo tiene 9 años.
Para comunicar favores o pedir información: P. Pablo Hernando Moreno, O.S.A. Agüero 2320 1425 Buenos Aires Tel. (011) 4802 5942 antimohernando@hotmail.com | Vicariato San Alonso de Orozco Orden de San Agustín www.sanagustin.org |