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NOVEDADES

EJERCICIOS ESPIRITUALES DEL VICARIATO SAN ALONSO DE OROZCO ARGENTINA | CUARTO DÍA

4º dia de retiro, continuamos con la reflexión por la mañana con el texto de la Samaritana…
”Si conocieras el don de Dios”
Después de la respuesta un tanto hostil de la samaritana, el Señor le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva». «Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?». Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna» (Jn. 4, 10-14).
Promesa del agua viva.
La promesa del agua viva. ( …experiencia de plenitud, encuentro con el Señor, con la vida plena, deseo de rostro de Dios, ¿cual o cuáles son nuestros deseos?)
San Agustín nos ofrece numerosas reflexiones sobre el mundo de los deseos. En el Comentario a la Primera Carta de Juan nos enseña: «¿Qué seremos, pues, cuando le veamos? ¿Qué se nos ha prometido? Seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es (1 Jn. 3, 2). (…) La vida entera del buen cristiano es un santo deseo. Lo que deseas aún no lo ves, pero deseándolo te capacitas para que, cuando llegue lo que has de ver, te llenes de ello. Es como si quieres llenar una cavidad, conociendo el volumen de lo que se va a dar; extiendes la cavidad del saco, del pellejo o de cualquier otro recipiente; sabes la cantidad que has de introducir y ves que la cavidad es limitada. Extendiéndola aumentas su capacidad. De igual manera, Dios, difiriendo el dártelo, extiende tu deseo, con el deseo extiende tu espíritu y extendiéndolo lo hace más capaz. Deseemos, pues, hermanos, porque seremos llenados (…) Esta es nuestra vida: ejercitarnos mediante el deseo. Pero el deseo santo nos ejercita en la medida en que apartemos nuestros deseos del amor mundano. Ya he dicho con anterioridad: vacía el recipiente que has de llenar con otra cosa. Tienes que llenarte del bien, derrama el mal. Imagínate que Dios quiere llenarte de miel; si estás lleno de vinagre, ¿dónde depositas la miel? Hay que derramar el contenido del vaso; hay que limpiar el vaso mismo (…)

Oración y vida
En referencia a la adoración en la montaña, Agustín reflexiona: «¿Crees que por estar en un monte estás más cerca de Dios? ¿Crees que te va a escuchar en seguida, como si le llamases desde cerca? Dios habita en las alturas, pero se fija en lo de abajo (Sal. 137, 6). Cerca está el Señor. ¿De quiénes? ¿Quizá de los elevados? De quienes trituraron el corazón (Sal. 33, 19). Cosa admirable: habita en las alturas y se acerca a lo de abajo; se fija en lo de abajo»30. Continúa nuestro mistagogo: «¿Buscabas, pues, un monte? Desciende para llegar. Pero ¿quieres ascender? Asciende, no busques un monte. Dice un salmo: En el valle del llanto, ascensiones en su corazón (Sal. 83, 6-7). El valle tiene bajura. Dentro, pues, haz todo. Y, si acaso buscas un lugar alto, un lugar santo, dentro ofrécete a Dios como templo, pues santo es el templo de Dios, que son ustedes (1 Cor. 3, 17). ¿Quieres orar en un templo? Ora en ti. Pero sé primero templo de Dios, porque él escuchará en su templo al orante

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