CELEBRAMOS hoy la fiesta de santa Mónica, nacida en Tagaste (Argelia) el año 331, de una familia acomodada y profundamente cristiana. Se desposó en plena juventud con Patricio, que todavía no era cristiano. Conocemos bien a Mónica por las referencias que su hijo Agustín nos ha dejado de ella en el libro de sus Confesiones: la madurez de su fe, su temple de mujer cristiana, cómo procuró a fuerza de oración y de lágrimas la conversión de su marido y de su hijo. Por eso comenzamos la Eucaristía recordando las palabras del Señor en las sagradas Escrituras, que ella meditaba asiduamente: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre (Mt 7, 7-8). Sus reliquias se conservan en la Iglesia de san Agustín de Roma. Como santa Mónica pongamos nuestras vidas en las manos de Dios, confiando plenamente en él.
Conocé más 0827 SANTA MÓNICA
