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NOVENA DE SAN AGUSTÍN | Noveno Día: Santa MÓNICA, la madre de Agustín.

Santa Mónica era una mujer muy humilde y piadosa. Con su testimonio de vida es ejemplo de madre y esposa cristiana. Mónica se encargó de la educación de sus hijos, especialmente de Agustín, con un acento especial en la formación cristiana. La pedagogía de Mónica es el testimonio y el acompañamiento

¿Fue Mónica la clásica madre? Claramente no y la historia de Agustín así lo demuestra. El Papa Benedicto XVI decía de Santa Mónica: “Vivió de manera ejemplar su misión de esposa y madre, ayudando a su familia a descubrir la belleza de la fe en Cristo y la fuerza del amor evangélico, capaz de vencer el mal con el bien”. ¡Cuántas dificultades existen también hoy en las relaciones familiares y cuántas madres están angustiadas porque sus hijos se encaminan por senderos equivocados! Mónica las invita a no desalentarse, sino a perseverar en la misión de esposas y madres, manteniendo firme la confianza en Dios y aferrándose con perseverancia a la oración. Señor, Dios de infinita bondad y Padre misericordioso, tú, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen a la verdad, y que ofreciste a santa Mónica la ayuda de tu gracia, y la adornaste con tanta paciencia, prudencia, justicia y comprensión, que fue capaz, con sus oraciones, lágrimas y ejemplos, de acercar a ti su hijo Agustín, a su esposo y a otros conocidos suyos; te pedimos nos concedas, por su intercesión y sus méritos, llegar a ser mensajeros de tu amor y poder llevar a tu encuentro a nuestros familiares y conocidos, y a los que te buscan con sincero corazón. Amén.