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NOVEDADES

Novena San Agustín | Cuarto Día: ALIPIO, mejor amigo de AGUSTÍN

22 DE AGOSTO

Bibliografía:

Alipio, era el gran amigo de infancia de Agustín, con el que compartió momentos de juegos, travesuras, errores de la juventud, la experiencia de la conversión y la misión. San Agustín solía llamarlo con frecuencia como: “mi otra mitad” o el “hermano de mi corazón”.

Reflexión:

San Agustín se encontraba siempre rodeado de amigos. No se puede escribir la biografía de Agustín sin mencionar a sus amigos. Por eso, Agustín decía: “Tener un verdadero amigo hace que la vida sea especial… no tenerlo, la hace dolorosa”. Otra frase de Agustín es la siguiente: “En este mundo, hay dos cosas necesarias: la salud y una persona amiga”.

 

Oración INICIAL para todos los días Nos hiciste para ti (Conf 1, 5,5)

Grande eres, Señor, y digno de toda alabanza. Grande es tu poder, tu sabiduría no tiene límites, y este hombre, pequeña migaja de tu creación, quiere alabarte. Precisamente este hombre, que es un amasijo de fragilidad, que lleva aún pegada la etiqueta de su pecado, y es la mejor demostración de lo que es la soberbia. A pesar de tanta miseria, Este hombre quiere alabarte, y eres tú mismo quien lo estimulas a que encuentre deleite en ello. Porque nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti.

 

Oración:

Te agradecemos, Señor, por los amigos que nos regalas al largo de nuestra historia. Te agradecemos por la presencia de esos amigos que nos regalaron el don de la amistad sincera y bondadosa. Te pedimos, por la intercesión de Agustín, que bendigas a nuestros amigos que están cerca y por lo que están lejos.

 

Oración FINAL para todos los días Ábreme la puerta (Sol. 1, 1-5)

Ahora comprendo, Señor, que hay que volver a ti. Ábreme la puerta, que te estoy llamando. Enséñame cómo llegar hasta ti. No me falta buena voluntad, ni me halagan ya las vanidades de este mundo. Pero sigo desconociendo por dónde se llega hasta ti. Enséñame ese camino, muéstramelo, y dame la fuerza para el viaje. Si con la fe se llega a ti, dame la fe. Si con la virtud, dame la virtud. Si con la ciencia, dame la ciencia. Aumenta mi fe, aumenta mi esperanza, aumenta mi caridad. ¡Oh admirable y sin igual bondad de Dios