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LA ORDEN DE SAN AGUSTIN |
CARISMA Y ESPIRITUALIDAD

Carisma Agustiniano

Se resume en al amor a Dios sin condición, que une las almas y los corazones en convivencia comunitaria de hermanos y que se difunde hacia todos los hombres para ganarlos y unirlos en Cristo dentro de su Iglesia.

Ahora
Solo a vos te amo
Solo a vos te sigo
Solo a vos te busco
(Soliloquios 1,1)

La búsqueda de Dios por la vía de la interioridad. La interioridad agustiniana es el Espíritu en el corazón: “no quieras ir afuera, entra en ti mismo; en el hombre interior mora la verdad, y, cuando vieres que tu naturaleza es mudable, trasciéndete a ti mismo”. (La verdadera religión 72)

Vida comunitaria en fraternidad. La búsqueda de Dios y la contemplación pasan por la experiencia y adoración de Dios en los hermanos: “Vivid, pues, todos unánimes y concordes y honrad los unos a los otros a Dios, de quien sois templos vivos”. (Regla 1,9).
Esta santa comunión de vida entre los hermanos es un don de Dios y cada uno debe perfeccionarlo constantemente. La paz y concordia entre los hermanos son señal de que el Espíritu Santo vive en ellos y constituyen su testimonio en la iglesia.
Servicio a la iglesia en el apostolado. Nuestra actividad apostólica es la manifestación de la consagración total a Dios y brota de la intima unión con Cristo y a Él esta siempre orientada. La comunidad agustiniana, atenta siempre a las necesidades de la iglesia, a ejemplo de San Agustín, busca el lugar y el modo de ser más útil al servicio de Dios. Todos los miembros de la Iglesia tienen derecho al servicio de los hermanos: “somos siervos de la Iglesia del Señor y nos debemos principalmente a los miembros más débiles, sea cual fuere nuestra condición entre los miembros de este cuerpo”. (Epist. 243,5).

“Si amáis a Dios Arrastrad a todos el amor de Dios... Arrastrad a cuantos podáis, exhortando, orando, dialogando, dando razones, con mansedumbre, con amabilidad: Arrastrándolos al amor”. (Sermón 2, 6-7).

...Vuelve al Corazón
El corazón es todo mío.
Es la “estancia secreta”
que guarda mi identidad.

Donde soy verdaderamente
yo mismo
y donde se desarrolla
mi verdadera historia.
Fuera de mi corazón
estoy fuera de mi casa.

Allá dentro, en sus
silenciosas profundidades,
es donde se asoma
el rostro de Dios...

Todos en la vida
Tenemos necesidad de alguien
en el cual encontrarnos con
nuestra experiencia humana.

Todos en la vida
Tenemos necesidad de alguien
que nos indique el camino
para encontrar
nuestro yo más autentico.

Todos en la vida
Tenemos necesidad de alguien
Que nos preceda en los estupendos
Y arduos caminos de Dios.

San Agustín
ha sido para nosotros
ese alguien.